Descripción
Resistiendo la presión de sus padres, de casarse y formar una familia, Santa Rosa eligió a Jesús como esposo y permaneció con él en sus cánticos y oraciones en forma simbólica y personal. El demonio la persiguió tenazmente, pero por su carácter fuerte y valiente supo echar abajo cada uno de sus malignos intentos. Pese a los cinco siglos transcurridos de su existencia, ningún hecho ha alterado su memoria, y se mantiene como un tesoro de alegría y gozo, el mismo que ofrendó a los pobres, enfermos y desamparados.
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